Semana Santa y la basura
Foto: Procesión del Silencio Moroleón 2016- Jaime Tauchen Mx
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Hay que considerar también la contaminación producida por los residuos, incluyendo los desechos peligrosos presentes en distintos ambientes. Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables: residuos domiciliarios y comerciales, residuos de demolición, residuos clínicos, electrónicos e industriales, residuos altamente tóxicos y radioactivos. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura. Tanto los residuos industriales como los productos químicos utilizados en las ciudades y en el agro pueden producir un efecto de bioacumulación en los organismos de los pobladores de zonas cercanas, que ocurre aun cuando el nivel de presencia de un elemento tóxico en un lugar sea bajo. Muchas veces se toman medidas sólo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas. (Carta encíclica “Laudato Si” del Santo Padre Francisco sobre el cuidado la casa común, párrafo 21)
Para los católicos y creyentes, la Semana Santa encierra un profundo significado espiritual, mas allá de que sean días de asueto en el trabajo o que se tenga la oportunidad de hacer cosas diferentes, es la semana en que muchos demuestran su fé por medio de peregrinaciones y actos litúrgicos y no litúrgicos como representaciones de la pasión de Cristo, celebraciones de los días santos, y lo que es de especial significado y marca la diferencia de la religión católica con sus hermanas, el judaísmo y el islamismo, la resurrección del Señor.
Y es en este contexto, que se dan las peregrinaciones y concentraciones masivas hacia diferentes puntos de especial adoración de los fieles. Y con las personas, hay también la posibilidad de tener accidentes, y la seguridad de que se dejarán residuos y por consiguiente contaminación.
Este es uno de los problemas o causas de emergencias y desastres, ya que a causa de la contaminación hacia cualquiera de los medios (tierra, agua o aire), se va deteriorando el equilibrio ecológico natural y propicio para la vida, al afectar a alguna o algunas especies que mantienen el equilibrio de las poblaciones de otras especies.
Y entonces, resulta inconcebible que estando en la primer década del siglo XXI, todavía exista el pensamiento de no ser responsable de los contaminantes que generamos y trasladamos hacia un punto, es decir, “yo me llevo una bolsa de plástico hacia un lugar donde no había, la tiro pero no es mi obligación ni mi responsabilidad recogerla”.
Sabiéndonos habitantes de un mundo común y único, donde vivimos, trabajamos, envejecemos, no podemos hacernos a un lado de la responsabilidad de cuidarlo, antes bien, deberíamos ser mas propositivos en generar cambio de paradigmas en nuestra manera de pensar y que nuestra actitud refleje nuestras buenas intenciones.
Por lo anteriormente expuesto, los invito a los que hagan peregrinaciones o visiten diferentes lugares, o vendan o regalen productos en esta Semana Santa, ayudar a cuidar la casa común, sea porque somos católicos, o simplemente, por ser un abitante más de este planeta que llamamos “Casa”.
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